miércoles, 14 de enero de 2009

Una levantá por Gaza...


Tras casi dos meses sin escribir por falta de tiempo (dedicado todo al estudio), vuelvo a reiniciar hoy 14 de Enero de 2009 mi blog de los momentos cofrades de mi vida.
Y permítanme que lo habrá con un tema totalmente ajeno al mundo nuestro de las cofradías.
Esta vez les hablaré sobre el conflicto que tiene enfrentados a dos amigos, a dos pueblos, a dos vecinos, a dos países: Israel y Palestina.
Tan solo unos días después de que haya nacido el niño Jesús, el hijo de Dios, ese que vino a traer paz a este Mundo, en esos dos países volvían a saltar las alarmas por los avisos de bombardeos .Dos países que viven enemistados desde hace años y que, si nadie lo remedia, se convertirá en uno de los conflictos bélicos (si no lo es ya) que aparecerán en unos años en los libros de Historia de cualquier estudiante de bachillert.
Lo que es la vida, en plena Navidad, cuando todo el mundo se hace más humanitario, ellos se vuelven a convertir en guerreros.Malditos guerreros.

Supongo que muchos de los que leerán este humilde blog del que les escribe, se preguntarán que de quien soy partidario, que con quién voy yo.
Pues la verdad, que como de costumbre, acostumbramos a ir con el más débil, en este caso Palestina, pero siendo realista, y aunque personalmente me parezca que sufre más el pueblo musulmán que el judío, no voy con ninguno de los dos.

Lo siento, pero yo no voy con dos países que en pleno siglo XXI y tras tantos años enfrentados en lugar de curarse las heridas lo único que han hecho es avivarlas. Por eso no voy con ninguno. Porque los dirigentes de ambos países (que no su pueblo) siguen buscando el interés de una guerra en la cual lo único que se consigue es asesinar cada día a más y más personas civiles. Hombres y mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas mueren cada día, convirtiéndose en las víctimas de la sin razón de unos dirigentes.

Hoy, se cumple una semana desde que unos Reyes Magos llegados desde Oriente dejaban nuestros salones repletos de regalos. Regalos que gustosamente cambiaría por las vidas que se está cobrando esa macabra guerra.
Curiosamente, el Rey Baltasar, ahora también llamado Rey Obama, tendrá en su mano el poder de regalar a los pueblos, a esos hombres y mujeres que mueren cada día, un poquito de paz. Porque si ese rey mago consigue apartar a sus súbditos a un lado de este conflicto la paz estará más cerca. O eso, por lo menos es lo que esperamos todos.

Así que cuando me pregunten con quién voy en esta maldita guerra, diré que yo voy con esa mujer que ha perdido a su hijo y su marido en un bombardeo, con esa niña que nada sabe de sus padres, con esos abuelos que perdieron a sus nietos,...

Porque yo voy con la PAZ.

Y curiosamente, cuando llegue la tarde del Domingo de Ramos gaditano, tendré la oportunidad de llevar sobre mis hombros a Jesús de la Paz en su Entrada Triunfal en Jerusalén.Cosas del destino.

Así, que mi promesa para este año, será el subir lo más cerca posible del Cielo a este bendito Jesús de la Paz, para ver si así este Dios hijo le comenta a su padre ahí arriba, que lo que él tiene puesto como advocación, se lo traiga el Dios Padre a Israel y a Palestina: la PAZ.

Ojalá que así sea.