Mis Momentos Cofrades: diciembre 2010

Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Real y Venerable Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Esperanza, Señor Director Espiritual de la hermandad y Párroco de San Francisco, representantes de otras hermandades, cofrades, amigos, hermanos todos.

No quisiera empezar mi presentación, sin antes agradecer a la Junta de Gobierno de la Hermandad, el haber confiado en mi persona para glosar este cartel, una confianza depositada al igual que en años anteriores en un joven cofrade, ya que si por algo destaca la Hermandad de la Expiración, es por ser el nido de numerosos cofrades que alzan el vuelo en este mundo. De verdad, gracias de corazón.

Hoy, es a mi a quién se le otorga la oportunidad de presentar el cartel de una onomástica con solera en esta tierra nuestra de la baja Andalucía, día en el cual, un gran amigo mío y hermano de esta hermandad, Jesús Rodríguez Quijano, tendrá el enorme privilegio de pregonar a Nuestra Madre de la Esperanza. Muchos han sido los detractores que han aparecido ante tal designación y muchas las críticas injustas que he tenido que leer dirigidas tanto a la Junta de esta bendita hermandad, como a mi hermano Jesús, y aprovechando que soy yo quién hoy tiene la palabra, quiero pedir desde lo más hondo de mi persona un fuerte aplauso tanto para la Junta de Gobierno de la Hermandad que tan bien está trabajando, como para Jesús, el cual a buen seguro, nos deleitará con un maravilloso pregón.

Volviendo a lo que me toca en el día de hoy, presentar este cartel poco trabajo tiene, ya que es un cartel de esos que hablan por si solos,

El cartel, refleja una impresionante fotografía del también hermano de la hermandad, Salvador Caldelas, quién ha conseguido plasmar con un solo click en la cámara, toda la Esperanza de María Santísima. La fotografía nos muestra el como con la sencillez de una simple mantilla y un collar de perlas, se puede engrandecer la imagen de María, sin necesidad de injustificadas excentricidades con nuestros titulares.

El diseño del cartel, magnífico como siempre, ha sido del también hermano de la hermandad y amigo mío Juan Pablo Moreno Rodríguez.

En la parte inferior del mismo, se nos muestra el lema de la festividad, “ESPERANZA NUESTRA”, seguido de la fecha “18 DE DICIEMBRE”, flanqueado a los laterales por el escudo de la Hermandad, y el escudo de la Parroquia Castrense de San Francisco.

Nuestra Señora de la Esperanza, se nos anunciará en los comercios y calles de nuestra Isla con una imagen más maternal que nunca, efecto provocado quizás, por un embarazo divino que desembocará en unos días en el nacimiento del niño Dios.

María, nos trae la Esperanza a los isleños, unos isleños que necesitamos más que nunca que nuestra Madre nos aliente en estos tiempos que corren de crisis, maldita crisis, que inunda los platos de comida de las casas cañaíllas; unas casas, en las que la presencia de Nuestra Señora nos debe servir de fortaleza para afrontar las diferentes adversidades de nuestras vidas, al igual que hizo ella, María, una mujer que, fue encomendada a una misión, la de dar vida al Hijo de Dios en la tierra, un hijo, al que ella vio morir en una cruz, entregando la vida por todos nosotros, pero ella, siempre creyó, siempre tuvo la Esperanza de que su hijo, nuestro padre redentor, tres días después de Expirar en una cruz alcanzaría la gloria de la Resurrección. Así que ella, es el ejemplo de que la Esperanza es lo último que se debe perder, por eso en este cartel, además de anunciarse la onomástica de nuestra dolorosa, se nos presenta a María como faro que debe guiar nuestras vidas.

…Y Esperanza tu eres de todas nuestras casas

La que solo con su mirada

Bendice a todo aquel

Que por su vera pasa

Y Esperanza tu eres del que busca y no lo encuentra

Del que insiste y persiste

De todo aquel que lo intenta

Y Esperanza tu eres en estos tiempos que pasan

Del nacido y no nacido

De toda mujer a la que maltratan

Y Esperanza tu eres y Esperanza tu fuiste

De unos salineros que vencieron